Andrés Manuel López Obrador señaló que pedirá a la instancia correspondiente que se cancele la licitación que su compadre Miguel Rincón Arredondo ganó para proveer el papel que se utilizaría para la elaboración de libros de texto de la Secretaría de Educación Pública.
El presidente manifestó que conoce al empresario que es propietario de la empresa Bio Papel Scribe a quien le pedirá su comprensión ante esta decisión, pues argumentó que no quiere dar motivos a los conservadores para que se dude de su honestidad y la transparencia de este gobierno.
Detalló que de ser necesario hablará con Rincón Arredondo para que él de manera voluntaria renuncie al contrato ganado mediante la licitación, pues en su gobierno no habrá nepotismo y compadrazgos.
“Conozco a Miguel es mi amigo, es de los empresarios que a pesar de la guerra sucia emprendida por otros, él se mantuvo respetuoso”, agregó en conferencia de prensa.
El mandatario recordó que aceptó ser padrino de la hija del empresario “por una cuestión de afecto, de buena fe y cariño a la niña, casi nunca acepto”. Reiteró que no quiere dar ningún pretexto de nada a la “prensa fifí” para que se cuestione la honestidad de su gobierno.
“Voy a pedir a la instancia correspondiente que se busque la forma legal de que se cancele ese contrato, esa compra, le pido a mi compadre Miguel Rincón que entienda las circunstancias, nosotros no sólo somos honestos, queremos que no quede ninguna duda de nuestra integridad”.
¿Quién es el denominado primer compadre?
En marzo de este año, el presidente Andrés Manuel López Obrador fue el padrino del hijo menor de Miguel Rincón Arredondo, empresario que aparece entre los más ricos del país y dueño de la marca de cuadernos y papelería Scribe. Además de que fue uno de los nombres que el primer mandatario fichó para su Consejo Asesor Empresarial cuya conformación había prometido llevar a consulta popular.
Rincón Arredondo, ha sido bautizado en medios de comunicación como “el primer compadre de México”, figura en la lista de los 100 personas más ricas del país gracias a los negocios que hace por medio de Consorcio Durango, antes Grupo Industrial Durango, cuya empresa insignia es BioPapel que, en 2014, compró la marca Scribe con activos por 700 millones de dólares. En los primeros 3 trimestres de 2018, BioPapel registró ganancias por mil 616 millones de pesos.
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