29 mayo
2013
La Agenda
Setting
Cómo se llega al poder o cómo se ejerce el poder:
el gran tema
Jorge A. Leyva
No hace mucho escuché una
frase de Jorge Alcocer, “la democracia no puede florecer en un mar de pobreza”
y tiene razón. Ante el panorama de una inminente reforma política electoral hay
que preguntarnos ¿Qué nos están proponiendo en materia política los partidos
políticos, los legisladores y el propio Gobierno Federal? Hoy por hoy sólo he
escuchado que se ha puesto sobre la mesa dos temas; el primero una eventual
transformación del Instituto Federal Electoral como un gran órgano electoral
que realice comicios todo el país, en segundo término el tema del rebase de
topes de campaña para que se convierta en automático, como un motivo para
anular una elección. En realidad el fondo del asunto es que hay un problema
real y grave de fiscalización de los recursos utilizados en las campañas
electorales.
Para que cambien las
cosas en verdad, primero tendría que cambiar la cultura política de los
partidos. ¿A poco no todos le entran a la compra de votos? ¿Acaso no en
gobiernos emanados de todos los partidos políticos se han encontrado
desviaciones de recursos de los programas sociales? Todos son iguales a la hora
de entregar apoyos y hacer gestiones para ganar simpatías que se traduzcan en
votos. Le pegan a la democracia pero al mismo tiempo exigen reglas claras, ahí
todos los partidos políticos tocan el mismo son. Por eso cuando se habla de una
reforma electoral, donde es cierto, tenemos un problema, no se debe intentar
resolverlo con medidas de muy poca reflexión, por ejemplo: si el tema del tope
de gastos de campañas se quiere acotar, entonces ¿Por qué no fortalecer primero
las medidas de vigilancia del gasto de partidos tanto en las campañas como en
su gasto ordinario?
Vayamos al fondo del
asunto que son los recursos públicos que ejercen los institutos políticos. Tenemos
en los Estados del país aparatos de vigilancia y fiscalización que no funcionan
en los institutos locales electorales. No sirven. Esa es la realidad. ¿Por qué
no proponer un órgano que revise a nivel nacional los gastos como un sistema
único de fiscalización de los partidos? ¿Por qué no transparentar el uso de los
recursos en los institutos políticos? ¿Por qué no poner en la lupa los gastos
de las fracciones parlamentarias en los congresos locales, en la Cámara de
Diputados y el Senado de la República? Si se impulsa otra vez una nueva reforma
político electoral, lo primero debería ser el cambio en la conducta política de
los partidos políticos.
Y las preguntas no
terminan aquí. No podemos obviar que el sistema electoral se traduce en escaños
y curules, luego entonces ¿Desaparecerán los pluris? Plurinominales que no van
a elecciones directas y que atienden a los intereses puros de los partidos políticos.
Y sí van a impulsar el tema de la reelección de legisladores entonces ¿Con base
a que se limitará o no la designación de sus candidaturas? En las propuestas
actuales –muy cortas por cierto- el tema es analizar y legislar sobre cómo se
llega al poder y no, cómo se ejerce el poder. Ese debe ser el gran tema.
Legislar a contentillo de unos cuántos ya demostró que no es la solución. ¿Ya
se olvidó que pasó lo mismo hace seis años cuando legislaron sobre las rodillas
e hicieron un engendro electoral? Así como van hoy se encaminan en la misma
ruta.
Así es Canito tienes
razón, Ernesto Cordero se la volvió hacer a Gustavo Madero. Mientras el senador
panista presentaba con Miguel Barbosa su propia iniciativa de reforma electoral
por el otro, el presiente del PAN con los
del Pacto por México presentaban otra. Madruguete y pleito
irreconciliable que sigue al interior del blanquiazul. Les comparto nuestro
correo electrónico: jordymx@hotmail.com y en twitter nos puedes encontrar como:
@Jorge__Leyva
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