12 junio
2013
La Agenda
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Miente la alcaldesa de Monterrey, nunca fue a
título personal
Jorge A. Leyva
Se hace que la virgen le habla: Margarita Arellanes |
La verdad es que los
políticos cuando meten la pata y la meten serio, dan más pena con sus
declaraciones cuando intentan recomponer sus gazapos. Nadie puede ser juzgado
ni molestado en sus creencias religiosas, ese es un derecho consagrado en
nuestra Constitución nadie lo discute, el problema viene cuando un político
intenta mezclar sus creencias personales con el ejercicio público del poder. Aquí
la ley es muy clara, en México vivimos en un Estado Laico y eso ni Margarita
Arellanes alcaldesa de Monterrey ni nadie puede ignorarlo.
Margarita Arellanes
Cervantes no respetó la Constitución al realizar la “entrega” de la ciudad a
Jesucristo, el pasado fin de semana durante un evento religioso. El actuar de
la alcaldesa –panista para más señas- es
una afrenta al principio histórico de separación de las Iglesias y el Estado, una
violación directa a la Constitución. En ese evento confundió su fe personal con
su investidura como presidenta municipal de la ciudad de Monterrey. No sólo
violentó la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su
artículo 40 donde está clara la voluntad del pueblo mexicano en constituirse en
una República representativa, democrática, laica y federal; sino también el
artículo 130 constitucional que garantiza la separación entre las iglesias y el
Estado; y de paso el artículo 2 de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto
Público que garantiza el derecho del individuo a no profesar creencias
religiosas, abstenerse de practicar actos o ritos religiosos y no pertenecer a
una asociación religiosa.
Decir que no es la
primera política que lo hace, no quiere decir que esté bien. Mucho menos que
ahora salga a defenderse al argumentar que lo hizo a título personal ¿Personal
de qué? ¿Quién es Margarita Arellanes para entregar la ciudad de Monterrey a
Jesucristo como lo hizo en un acto público? ¿Entonces puedo entregar al país a
Buda? ¡Por favor! Que no nos quieran ver la cara de tontos. Miente la alcaldesa de
Monterrey porque nunca asistió al evento religioso a título personal. Peor aún,
transgrede su propia religión al mentir y desviar su responsabilidad.
El gobierno mexicano debe
tomar cartas en el asunto y atender este y otros más, donde los políticos
confunden sus creencias personales con el quehacer político. La dependencia que
dirige con acierto el secretario Miguel Ángel Osorio Chong, junto con la
subsecretaria de Asuntos Religiosos, Mercedes del Carmen Guillén Vicente, y el director
general de Asociaciones Religiosas de la Secretaría de Gobernación, Arturo
Manuel Díaz León, tienen, deben salir al paso porque todos los funcionarios y
servidores públicos deben cumplir con la ley. Nadie está en contra de los
valores, la ética, pero no sólo en la religión se encuentran, y esto es un
error común de los políticos en México.
Recuerdo que el tema empezó
con la llegada de Vicente Fox a la presidencia de la república, los eventos
desafortunados fueron entremezclándose durante sus seis años de gobierno. Uno
fue el aceptar un rosario que le dio su hija en su toma de protesta. Otro más,
el enarbolar la bandera de la virgen de Guadalupe. Y que le digo del beso al
anillo del pescador del papá Juan Pablo II. El tema ha ido creciendo y si bien
no es privativo de un partido político, en los militantes del Partido Acción
Nacional es donde más se mezclan sus creencias religiosas a la hora del ejercicio
del poder público.
Así es Canito tienes
razón, amigos políticos regiomontanos nos comentan que en la búsqueda
anticipada de la gubernatura de Nuevo León, la alcaldesa de Monterrey Margarita
Arellanes confundió la gimnasia con la magnesia. Su cálculo político se le
salió de control. Les comparto nuestro correo electrónico: jordymx@hotmail.com
y en twitter nos puedes encontrar como: @Jorge__Leyva
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