21 diciembre de 2011
La Agenda
Setting
Y todavía nos dicen:
¡Feliz Navidad!
Jorge A. Leyva
No es por
alimentarle el optimismo en estas fechas decembrinas, pero ayer nos enteramos
que en México el costo de la canasta básica aumentó un 30 por ciento en los
últimos cuatro meses. La denominada canasta básica -como usted bien sabe amable
lector- es el conjunto de bienes y servicios indispensables para que una
persona pueda cubrir sus necesidades básicas a partir de sus ingresos
económicos. Por eso la canasta básica representa los productos mínimos imperiosos
para poder tener una vida sana física y mentalmente. La idea nació a principios
del siglo XX y se la debemos a Seebohm Rowntree químico inglés que estudiaba la
cantidad exacta de proteínas y calorías para el funcionamiento del cuerpo
humano con el de resolver el problema de la pobreza que padecían los obreros en
Inglaterra.
El problema es que
en México, con los incrementos ridículos a los salarios y los aumentos
constantes a los productos, los productos de la canasta básica como el aceite,
agua embotellada, arroz, atún, azúcar, carne, café soluble y tostado, cerveza,
chocolate, electricidad, gas doméstico, servicios telefónicos, detergentes,
jabones, medicamentos, pasta de dientes, refrescos, gasolinas, el transporte
colectivo, computadoras, Internet, refrigeradores, televisores, el cine, cuadernos
y lápices entre otros, parece cada vez más inalcanzables para el promedio de
las familias mexicanas. Sin duda la calidad de vida de los mexicanos se ha
deteriorado dramáticamente en las últimas décadas, y recientemente los estratos
sociales de la población más desfavorecidos sufren los impactos de los elevados
precios internacionales de los alimentos.
Datos que nos
aporta el índice de la tendencia laboral de la pobreza, que elabora el Consejo
Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), reportan
que entre 2008 y el 2011 la dificultad para adquirir una canasta básica en
zonas urbanas creció casi 25 por ciento, mientras que en las zonas rurales fue
del cinco por ciento. Esto nos indica que en las zonas metropolitanas se ha
incrementado la pobreza, en especial durante los gobiernos emanados del Partido
Acción Nacional. La realidad en México es que esta medición que sirve para calcular
la inflación y que agrupa el Banco de México en 80 productos de la canasta
básica comparándolos con el ingreso-gasto de las familias promedio del país, resulta
cada vez más inaccesible para las familias mexicanas. Y si a esto le añadimos
el gran aumento del 5.8% que sufrió recientemente el salario mínimo para el
2012 pues no más no se ve la luz al final de camino para alcanzar condiciones
de vida digna para la mayoría de las familias en México. ¿A poco con 59.08
pesos se puede vivir en las zonas rurales de Aguascalientes, Campeche, Colima,
Nayarit, Tabasco, Estado de México? No es un asunto menor ni de risa; mucho
menos cuando las autoridades económicas y financieras de este país nos mandan
mensajes de feliz navidad. No se vale.
Así es Canito
tienes razón, el tema de la canasta básica hace unos días enfrentó a Ernesto Cordero
y Josefina Vázquez Mota. La ex diputada federal le dijo en su cara al ex
secretario famoso por los “Cordero Pesos” que no había que ser secretario de
Estado para saber que la mayoría de las familias no pueden vivir con seis mil
pesos al mes, tener una vivienda, tener una escuela, pagar transporte,
uniformes y útiles escolares. La panista le subrayó al delfín de Felipe
Calderón que las amas de casa conocen lo que pasa todos los días en la mesa del
hogar y saben que es muy difícil vivir con seis mil pesos al mes. Y vaya que lo
saben. Lo sufren todos los días. Les comparto nuestro correo electrónico:
jordymx@hotmail.com y en twitter nos puedes encontrar como: @Jorge__Leyva
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