lunes, 25 de febrero de 2013

El hambre no espera


25 febrero de 2013
La Agenda Setting
El hambre no espera
Jorge A. Leyva

La semana pasada a mi hijo le tocó participar en un mini debate sobre los partidos políticos, él junto con otros de sus compañeros y compañeras de clase les tocaría representar en distintos tiempos a los tres principales ex candidatos que contendieron en la pasada elección del 2012. Los temas eran variados y la idea era exponer, debatir y analizar algunos de los principales problemas de nuestro país. La noche previa de ese mini debate me hijo me preguntó sobre los principales problemas que deben ser atenidos en México. Sin dudar le dije que el hambre en el país es la asignatura más grave y que amerita mayor atención. Le comenté que recientemente el INEGI había dado a conocer detalles sobre la gravedad del problema.

¿Sabes que tenemos poco más de 52 millones de personas en pobreza multidimensional? Tan sólo en 2010 habían 40.3 millones de mexicanos que estaban en condiciones de pobreza moderada y 11.7 millones en pobreza extrema. Prácticamente la mitad de la población mexicana vive sin seguridad social, con escaso o nulo acceso a los servicios de salud, pero tal vez lo más delicado y preocupante es que 28 millones de mexicanos tienen dificultades para alimentarse. 23.2 millones están hundidos en el rezago educativo y 17.1 millones no cuentan con calidad y espacios en la vivienda; le dije.

Anotando los datos y queriendo conocer mi hijo un poco más del tema le comenté, que de los datos que nos aportó recientemente el INEGI, 21.4 millones de niños y adolescentes se encontraban en pobreza multidimensional en 2010. ¿Y entonces prácticamente no saben que van a comer el día de mañana? Así es, le mencioné. Por eso la prioridad en este país, para sus políticos y autoridades debe ser el combate a la pobreza alimentaria, porque el hambre no espera. Al día siguiente mi hijo se fue al debate donde los jóvenes se prepararon y defendieron las propuestas del tanto del PRD, como del PAN y el PRI.

Hace un par de días la periodista Georgina Olson en el Excélsior, dio unas cifras que vale la pena conocer. Informó que en México hay más muertes por hambre, que las causadas por los enfrentamientos entre narcotraficantes, esto con datos del 2001 a 2010. Y es que de acuerdo con el Centro de Estudios e Investigación en Desarrollo y Asistencia Social (CEIDAS), basado en datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en ese lapso fallecieron 85 mil 343 personas por desnutrición, frente a las 49 mil 804 víctimas por el crimen organizado que registró la Procuraduría General de la República. Es decir, esas cifras reflejan que los decesos por hambre en una década son superiores por 35 mil 539 a los causados por los cárteles. ¡Vaya dato!

Pero más allá de los millones de mexicanos que no tienen ingreso suficiente para comprar la canasta básica de alimentos que, si no mueren por desnutrición, morirán por enfermedades generadas por ésta; la realidad es que no son simples cifras, son seres humanos de carne y hueso, son personas con nombres y apellidos que no merecen esa situación y deben ser atendidos. Por eso ante los señalamientos de que sí un programa federal es electoral o no, y más allá de la raja política que le quieren sacar diversos actores políticos, lo real lo mediato es atender a esos millones de mexicanos que no saben que van a comer mañana. ¿O que quieren? ¿Que los programas que combaten el hambre esperen que pasen las elecciones? Nada justificaría eso. Insisto el hambre no espera. Les comparto nuestro correo electrónico: jordymx@hotmail.com y en twitter nos puedes encontrar como: @Jorge__Leyva

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