sábado, 9 de febrero de 2013

Jesús Tellaeche allá nos tomaremos un café


08 febrero de 2013
La Agenda Setting
Jesús Tellaeche allá nos tomaremos un café
Jorge A. Leyva

Ayer fui a la Agencia Gayosso de Félix Cuevas en la ciudad de México, con tristeza acudí a darle el último adiós a mi amigo Jesús Tellaeche Bosch. Muy temprano por la mañana me entere de su fallecimiento. Compartí con el médico veterinario zootecnista en los últimos cuatro años muchos momentos. Por trabajo, por amistad y por coyuntura me tocó compartir días buenos, días malos y días regulares con Chucho como de cariño le decíamos. Muy difícilmente se le veía enojado. Casi siempre alegre, risueño y eso sí a veces estresado, pero siempre resolviendo problemas. Era práctico. El médico Tellaeche también era metódico, ordenado y siempre tenía vocación de servicio.

Aprendí muchas cosas con el buen amigo Chucho, de repente con su mirada detrás de esos lentes que usaba, lanzaba comentarios e iniciaba una buena plática donde nos quedábamos conversando un buen rato, eso sí, siempre y cuando no tuviera un problema o situación que resolver. Así era Chucho y así lo recordaré. La verdad es que perder a un amigo es una de las experiencias más dolorosas que una persona debe afrontar en la vida. Sobre todo resulta difícil aceptar que ese amigo o amiga que se nos fue, y con quien compartimos distintos momentos ya no estará físicamente en nuestras vidas, no obstante nos quedan en el pensamiento. Así tienen que ser recordados, justamente como eran.

François Mauriac dijo alguna vez al respecto de un amigo que falleció lo siguiente, “la muerte no nos roba los seres amados; al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo. En cambio La vida sí que nos los roba muchas veces y definitivamente”. Cierto es que la muerte de un amigo nos entristece el alma y nos deja un inmenso vacío, uno siente que le falta algo, es como si cierta parte de ti supiera que la sintonía del universo ha cambiado, no obstante debemos seguir adelante y recordarlos así, con alegría. Tenía poco que había platicado con Chucho. A finales de diciembre platicamos y me envío unos papeles. Con buen ánimo recordamos varias anécdotas. Todavía en enero en la blackberry intercambiábamos mensajes. Casi siempre tenía de avatar una foto de ganado o de su rancho. Como buen médico veterinario zootecnista conocía mucho del trabajo del campo. La última foto que me quedó en su blackberry es una foto donde él de pequeño, está con un ejemplar cebú. En blanco y negro la foto recordaba los años mozos de Tellaeche. Quedamos en compartir un cafecito en Villahermosa y platicar. Allá nos tomaremos un cafecito, le dije.

Por ahora querido y apreciado Chucho no se podrá compartir ese café. No se podrá porque en lo físico te nos fuiste. No obstante en recuerdo, te quedas con nosotros. Digamos que ponemos un tiempo de espera para luego ponernos al día de lo que quedó pendiente. Me ayudaste mucho y me apoyaste en distintos momentos. Lo agradezco y lo aprecio. En esa época de cambios fuiste solidario. Me correspondiste como amigo y yo en cuánto pude también. ¿Sabes? Muchos amigos y amigas me llamaron para preguntar como estabas de salud porque sabían que estabas mal. Todos te deseaban lo mejor y al tiempo hacían votos para que restablecieras tu salud pronto. Ayer que falleciste varios de aquellos amigos y compañeros con los que compartiste distintos momentos se hicieron presentes y mandaron sus mensajes de condolencias. Ayer muchos de tus amigos y muchos de tus familiares acudimos a la funeraria del Eje 7 en la ciudad de México a darte el último adiós. Algún día habrá tiempo de tomarnos ese café. Por ahora querido y apreciado Chucho descansa en Paz. Les comparto nuestro correo electrónico: jordymx@hotmail.com y en twitter nos puedes encontrar como: @Jorge__Leyva

No hay comentarios:

Publicar un comentario