La refinería que planea construir el presidente Andrés Manuel López Obrador puede causar un daño severo a la calidad del aire de la zona y las emisiones podrían extenderse a las ciudades cercanas, revela un estudio ambiental realizado por Petróleos Mexicanos (Pemex) al que tuvo acceso Reuters.
Varias partes del reporte ambiental, que incluye cientos de páginas de lenguaje técnico, se ocultaron en más de una docena de documentos cargados en un sitio de internet del gobierno. Sin embargo, Reuters accedió a una versión sin omisiones.
El reporte redactado por Pemex que fue presentado el 12 de junio a la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA), el regulador ambiental de la industria petrolera en México, que tendrá aproximadamente tres meses a partir de esa fecha para revisarlo.
La ASEA, cuyo director es designado por el presidente, podría coincidir con los hallazgos de Pemex o podría llegar a una conclusión diferente y luego ordenar cambios al proyecto para reducir los impactos ambientales.
El documento consultado por Reuters establece que si la refinería entra en operación, el monóxido de carbono se extendería sobre un área de casi 38 kilómetros cuadrados, mientras que el dióxido de azufre se extendería sobre 112 kilómetros cuadrados. Esta última cifra abarca hasta la capital de Tabasco: Villahermosa.
Pemex declinó hacer comentarios al respecto y pidió enviar las preguntas a la secretaría de Energía, la cual no respondió a mensajes de Reuters. La refinería, que tendrá un costo de 8,000 millones de dólares y estará ubicada en Dos Bocas, Tabasco, el estado natal de López Obrador, fue una de las principales promesas de su campaña electoral.
El mandatario ha dicho que esa refinería ayudará a México a reducir su dependencia de gasolinas importadas, las cuales provienen en su mayoría de Estados Unidos. En un resumen del informe hecho público, la evaluación general de impacto ambiental de Pemex fue positiva. La firma determinó que la refinería afectaría moderadamente el medio ambiente, pero enfatizó que esos impactos “serán controlados, mitigados o compensados”.
Pero el documento con omisiones señala que el impacto será severo en la calidad del aire una vez que entre en funcionamiento la refinería, la cual procesaría hasta 340,000 barriles de crudo pesado por día.
A pesar de las advertencias, el documento también dice que las emisiones estimadas de óxidos de nitrógeno, monóxido de carbono y dióxido de azufre “no exceden los límites” establecidos por la ley mexicana. Las emisiones totales durante toda la vida del proyecto promediarían 4,505.1 kilogramos por hora (kg/h) de óxidos de nitrógeno, 10,770.8 kg/h de monóxido de carbono y 62,670.5 kg/h de dióxido de azufre, según el estudio.
Daniel Basurto, director de la Academia Mexicana de Impacto Ambiental, describió las emisiones estimadas con altos niveles de contaminantes del aire. El especialista señaló que la evaluación de emisiones se basa en gran medida en los datos de la refinería de Tula, de Pemex, que presenta condiciones atmosféricas muy diferentes a las del sitio costero de Dos Bocas, lo que significa que las emisiones esperadas podrían ser muy diferentes.
En un comunicado público, la ASEA dijo que podría obligar a Pemex a hacer pública más información de la evaluación a fin de promover la máxima transparencia. Con información de Expansión
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