21 AGOSTO 2014
La Agenda Setting
¿Cuándo volverán a bloquear y pedir
dinero?
Por
Jorge A. Leyva
La
situación prácticamente era inaguantable. Las oficinas de Petróleos Mexicanos,
la denominada Pirámide de Pemex en Villahermosa, Tabasco estaban bloqueadas desde
hace más de cuarenta días. Ahí se ubican las oficinas de Pemex Exploración y Producción
Región Sur que son el centro de las operaciones más vital del sur sureste para
la empresa petrolera mexicana. Sus actividades básicas de exploración y
explotación del petróleo, así como del gas natural; su transporte,
almacenamiento en terminales y su comercialización de primera mano estaban
prácticamente detenidas.
La
necedad de una diputada perredista: Verónica Pérez Rojas y de un grupo menor de
campesinos arreados por la legisladora local decidieron unilateralmente cerrar las
oficinas de PEP Región Sur. Los transcendidos de la búsqueda de dinero a la
mano –hay incluso un video de eso- y el rechazo de obras de beneficio social en
la zona habían sido constantes. Si bien Pemex es una las empresas que más
contaminan y dañan al medio ambiente y los accidentes son sistemáticos en
tierras tabasqueñas, esto no amerita la radicalización extrema que recuerda la
época de Andrés Manuel López Obrador y su famosa industria de la reclamación.
¿De
qué hablamos? De fomentar reclamos con el fin de recibir sumas importantes de
dinero. Y así sucesivamente. Algo más que preocupante es lo que pasa con la
política interna que los problemas se perciben no se están solucionando
oportunamente. Y el asunto se tornaba cada vez más grave porque Pemex había
lanzado una advertencia a tiempo. Y es que además de las oficinas centrales en
Villahermosa, los bloqueadores azuzados por la diputada Verónica Pérez Rojas
habían sitiado desde hace semanas varios pozos en distintos municipios de
Tabasco. Y estos pozos petroleros sin mantenimiento se estaban convirtiendo en auténticas
bombas de tiempo. Pemex avisó con tiempo que era urgente dar mantenimiento al
pozo Navegante IV que tiene más de cuatro meses que no ha tenido ninguna
revisión. Incluso hay reportes que los propios bloqueadores han provocado actos
de vandalismo, es decir actos de pillaje pues al estar sin seguridad, se han
robado tubos, cables y demás insumos en los pozos petroleros. Siendo condescendientes,
estos bloqueadores lo menos han tolerado estos actos y ellos por tanto son
responsables directos de las instalaciones al bloquear y no permitir la entrada
de personal de Petróleos Mexicanos o de las compañías que le trabajan a Pemex.
La
ficha técnica de Pemex revelaba que el pozo Navegante IV presenta un grave riesgo
por la acumulación de gases en su cabezal, lo cual puede provocar en cualquier
momento una fuga de gases sulfhídricos altamente tóxicos que podrían ocasionar
la muerte de miles de personas en un radio de veinte kilómetros a la redonda Si
alguna persona eventualmente inhalara el gas, moriría inevitablemente. Aun así
los bloqueadores insistían en impedir el acceso. Es evidente que ningún reclamo
por justo que este sea, pasa por poner en riesgo la vida de los ciudadanos. No
se vale. La legisladora Verónica Pérez Rojas jugó con fuego y ponía en riesgo
la vida de los habitantes que están cerca de este pozo y los demás pozos
petroleros que no están siendo atendidos en su mantenimiento. Nadie dice que no
se les apoye y se les retribuyan sus justas afectaciones. Que se realicen obras
y que se revisen los daños ocasionados. Lo que resulta inaceptable es la
tolerancia que se tiene a este tipo de acciones que rayan en la barbarie.
Estaban pues jugando una ruleta rusa donde nadie gana y la responsable con
nombre y apellido era Verónica Pérez Rojas.
Y
la pregunta que sigue es ¿De dónde salió el dinero para mantener este enorme
movimiento? Al lograrse el acuerdo definitivo entre Pemex y los bloqueadores
encabezados por la diputada perredista el bloqueo se levantó finalmente. Pero
queda la pregunta ¿De dónde salieron lonas, sillas, carpas, lonas, incluso baños
portátiles y las tres comidas diarias? No hubo boteo, es decir no pedían dinero
a los ciudadanos que pasaban cerca. Incluso eran trasladados en camionetas o autobuses
de pasajeros. Si mal no recuerdo la renta de un autobús barata oscila entre los
20 y los 40 mil pesos. ¿No que son campesinos humildes que no tienen dinero? Por
eso en la capital del país ya no se creía la versión de que estaban solos. Llevaron
los bloqueadores el tema al límite. Finalmente antes que sucediera algo más
grave el problema se solucionó, por lo menos por ahora. Ahora preguntamos ¿Cuándo
volverán a bloquear y pedir dinero? Les comparto nuestro correo electrónico:
jordymx@hotmail.com y en twitter nos puedes encontrar como: @Jorge __Leyva
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