jueves, 7 de noviembre de 2013

Un año perdido en Tabasco

07 NOVIEMBRE 2013
La Agenda Setting
Un año perdido en Tabasco
Jorge A. Leyva
El Gobernador  tabasqueño Arturo Núñez 
En Tabasco a casi ajustarse un año del nuevo gobierno nos preguntamos ¿Qué se va a informar? ¿Qué puede informar Arturo Núñez Jiménez? El estado está en una situación social, política y económica compleja por decir lo menos. A un estado quebrado se le suma la ineficiencia de sus gobernantes que poco o nada han hecho, si no es quejarse y quejarse, de cómo recibió las riendas de la administración pública en Tabasco. No hay logros. No hay números positivos. Los indicadores principales en Tabasco están peor que antes. No hay más empleo. El sector salud vive uno de sus peores momentos. La educación es rehén de sindicatos y cerrazón de autoridades. No hay apoyos para el campo. Hay hambre y pobreza en lo largo y ancho del territorio tabasqueño. No hay imaginación para solucionar los problemas. El edén dejó de serlo para convertirse en un lugar donde la inseguridad, la pobreza y la inacción gubernamental sentaron sus reales. El sello de la administración de Arturo Núñez es la cacería de brujas y los expedientes judiciales mal armados que al paso del tiempo poco a poco se irán desquebrajando. Simples golpes mediáticos pero no hay resultados positivos en este denominado gobierno del cambio.

En Tabasco estamos muy lejos de los tres ideales que en materia política describió Norberto Bobbio. Los derechos del hombre, la democracia y la paz que son los tres momentos necesarios de un movimiento histórico. El politólogo italiano explicaba que sin los derechos del hombre reconocidos y protegidos no había democracia; sin democracia no se dan las condiciones mínimas para la solución pacífica de los conflictos. En pocas palabras, la democracia es la sociedad de los ciudadanos y cuando les son reconocidos sus derechos fundamentales habrá paz estable. En Tabasco no hay paz. Hay inseguridad, hay sectores sociales inconformes, hay pobreza, hay hambre. También el factor democrático está en serias dudas cuando vemos un Poder Judicial y un Poder Legislativo constreñidos por el Poder Ejecutivo local. Rafael Abner Balboa luce más como un títere que como un diputado presidente en el Congreso tabasqueño. No se quedan atrás los jueces que por consigna o por presiones han renunciado o han sido removidos de sus cargos en el Poder Judicial, en especial cuando los temas tienen que ver con el caso extremo de corrupción que personifica Andrés Granier, quién finalmente fue encarcelado por investigaciones del Gobierno Federal.

¿Qué va informar Arturo Núñez si no hay nada que informar? El gobierno de Tabasco padece de incapacidad organizativa y operacional. No se advierte que pueda satisfacer un cúmulo acrecentado de demandas provenientes de un espacio político diferenciado, donde las demandas ciudadanas, de las organizaciones políticas y de los grupos de presión no son resueltas. Estamos pues ante una sobrecarga de exigencias, ante las cuales este gobierno no tiene capacidad de respuesta positiva. Frente a esta sobrecarga de exigencias continuas y crecientes, las obligaciones y deberes públicos se incrementan, en tanto que sus capacidades de respuesta decaen irrefrenablemente. Los funcionarios públicos no resuelven. Están en medio de guerrillas donde todos están pensando en el futurismo político. Puros generales. Nadie trabaja. De la inacción estatal brota la inconformidad y la frustración de sectores sociales marginados e insatisfechos, cuyas demandas el gobierno no puede satisfacer y, por consiguiente, se incrementa gradualmente el nivel de ingobernabilidad.

A esto se le suma que la otra puerta que buscan los ciudadanos para resolver su problemas es ineficiente y no resuelve nada. En el corazón de Tabasco, el Ayuntamiento de Centro y su alcalde Humberto de los Santos Bertruy contribuyen a este hartazgo ciudadano. La capital tabasqueña también está sumida en un marasmo, en esa inercia que el mismo gobierno tabasqueño produce y en donde nadie atiende a los ciudadanos. La persecución a empresarios, la inacción municipal, los pésimos servicios municipales y un alcalde ausente en el todo el término de la palabra acrecientan la percepción ciudadana de que en Tabasco las cosas van mal.


Por eso hoy más que nunca urge un golpe de timón. Se advierte que vendrán cambios en varias secretarias del gabinete. Y es que si no hay un revulsivo y un cambio de nombres en la administración del gobernador Arturo Núñez el gobierno tabasqueño y el propio Tabasco seguirán en picada. En caída libre. La ingobernabilidad acrecentará un elevado deterioro de la autoridad, la eficiencia y la legitimidad del gobierno; un gobierno que hasta hoy ha sido incapaz de dar sentido al interés público. La decadencia política está en puerta porque no se debe olvidar que se ofreció legitimidad, organización y eficacia. En cambio tenemos desorden, novatez, inexperiencia y un gobierno que no ha abonado al bienestar social ni a los mínimos de convivencia social. Antes de que esto escale deberán rodar cabezas porque este ha sido un año perdido, un año donde no hay nada que informar. Les comparto nuestro correo electrónico: jordymx@hotmail.com y en twitter nos puedes encontrar como: @Jorge__Leyva 

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