sábado, 19 de septiembre de 2015

La Cruzada contra el Hambre: un fracaso

19 SEPTIEMBRE DE 2015
La Agenda Setting
Por Jorge A. Leyva

La Cruzada contra el Hambre: un fracaso

Es lamentable, un desperdicio, realmente ominoso que los esfuerzos de la Cruzada Nacional contra el Hambre, programa insignia de la Secretaría de Desarrollo Social que constituye el eje central de la política de desarrollo social de la actual Administración Federal sea un fracaso. A dos años y medio de su operación con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, existe un retroceso social significativo en materia de combate a la pobreza y atención de la población con carencia por acceso a la alimentación consigna el documento “Mirada Legislativa” número 84 publicado por el Senado de la República.

Al analizar la Cruzada Nacional contra el Hambre, un programa dirigido a las personas que viven en condiciones de pobreza extrema y con carencia de acceso a la alimentación, que a principios de este sexenio la ex titular de Sedesol Rosario Robles nos vendió como una estrategia que combatiría de manera eficiente la pobreza en México, con base en la experiencia del programa “Fome Zero” (Hambre Cero) instrumentado por el Presidente Lula da Silva en Brasil en 2003, hoy por hoy sea un rotundo fracaso. Esta estrategia compleja que opera con los recursos, acciones e intervenciones de diversas dependencias y programas públicos federales y que tiene como propósito que 7.01 millones de mexicanos superen su condición de pobreza extrema y carencia por acceso a la alimentación no ha logrado mínimamente los resultados esperados. 

Y es que según Coneval, entre 2012 y 2014 el porcentaje de población en pobreza en México se incrementó de 53.3 a 55.3 millones de personas, lo que representó un aumento de dos millones de mexicanos. En este mismo periodo, de acuerdo con Coneval, la población en pobreza extrema se redujo de 11.5 a 11.4 millones de personas, lo que representa una disminución de raquítica de de 87 mil personas. La carencia por acceso a la alimentación pasó de 23.3% a 23.4%, es decir, de 27.4 a 28.0 millones de personas. Millones de pesos invertidos que se han dilapidado porque no han solucionado el problema y porque aquí más que de cifras, lo delicado es que hablamos de gente, de seres humanos que viven en pobreza, que no saben que podrán comer hoy, y que aumentan en el país ante el fracaso de un programa que cuando estuvo Rosario Robles -hoy despacha ahí José Antonio Meade- nos vendió como la panacea para tener menos mexicanos pobres, menos mexicanos con hambre, pero eso nunca sucedió. 

Pero además este programa está lleno de cambios que no están documentados, lo que lo genera vacíos y contradicciones en la información oficial, parece que a propósito complican su seguimiento. Desde que se formalizó la Cruzada Nacional contra el Hambre en 2013 este programa Frankenstein continúa construyéndose y se le han incorporado nuevos objetivos, programas y acciones. Basta decir que entre los municipios incluidos en las líneas de acción de este programa se encuentran 27 ciudades capitales y las 16 delegaciones del Distrito Federal, lo que indica la gravedad que adquiere la pobreza extrema y la carencia en el acceso a la alimentación al afectar tanto a la población que reside en las principales zonas urbanas del país como aquella que se encuentra en las áreas rurales.

Según los criterios de expansión propuestos por la Sedesol, en 2015 la Cruzada cubriría a los 7.01 millones de personas que integran la población objetivo, meta difícil de cubrir puesto que, a pocos meses de que finalice este 2015, se tendrían que incorporar a 1,445 municipios y cerca de 2.8 millones de personas en extrema pobreza y con carencia de alimentación que faltan de incluirse a los beneficios de la Cruzada. ¡Imposible! Los avances oficiales que se reportan son difíciles de valorar puesto que no se presentan los indicadores correspondientes que permitan conocer el impacto de la Cruzada en la disminución del número de pobres extremos con carencias de alimentación en el país.


Todo este enmarañamiento y más es los que ahora enfrenta el ex canciller José Antonio Meade, quién recibe una dependencia sin pies ni cabeza y que no sirvió en dos y medios más que para ver como el número de pobres y mexicanos con hambre aumentó. Una Sedesol que Rosario Robles usó de manera abusiva como trampolín político y que lleva en la conciencia y como “logros” que presumir: el fallido combate a la pobreza en México. ¿Para eso quieren darle más dinero en el Presupuesto Federal 2016? La Cruzada contra el Hambre es un fracaso en esta fábrica de pobres en México que nadie quiere ver y a la que le destinan migajas para paliar la ominosa situación que viven día a día millones de mexicanos. Les comparto nuestro correo electrónico: jordymx@hotmail.com y en twitter nos  puedes encontrar como: @JorgeLeyva_

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