jueves, 22 de febrero de 2018

¿Y ahora quién pagará?

22 FEBRERO 2018
La Agenda Setting
Por Jorge A. Leyva

¿Y ahora quién pagará?

No les hacemos mucho caso, a veces creemos que es un gasto innecesario cuando debe ser visto como una protección a nuestro patrimonio. Incluso a pesar de los trámites y detalles de los seguros contra daños, es importante crear una cultura de prevención contra el riesgo para que, los particulares estén conscientes de que el desembolso que realizan para contratar un seguro contra daños, la denominada prima, puede significar un alivio y una gran ayuda en el momento de sucesos catastróficos como inundaciones, incendios, terremotos, accidentes entre otros.

Y aunque la primera Ley sobre el Contrato de Seguro en México se promulga en 1935 donde se incluye el seguro contra daños, comparado con datos del 2013 de la investigadora Carla Angélica Gómez Macfarland, el gasto promedio realizado por los hogares que contratan seguros contra incendios, daños y riesgos para la vivienda que fue a penas de $9,882 pesos lo que resulta realmente mínimo. Más específicamente con datos del documento Mirada Legislativa 134 del Senado de la República; en casas independientes se gastaron $12,262, en vivienda en condominio vertical, $1,533, en vivienda de condominio horizontal $1,804 y en otras viviendas $4,039.

Conforme al Anuario Estadístico de Seguros y Fianzas 2015, la composición de la cartera de daños se registró principalmente en automóviles con un 50.5%, siniestros diversos con un 13.25, daños por terremoto con un 10.9%, daños por incendios con un 8.5%, daños marítimos y de transportes con un 7.3%, daños por responsabilidad civil con un 6.1%; y daños agrícolas con un registro del 2.6%.

Y si bien en una escala de mayor a menor riesgo, México ocupa el lugar 95 de 171 países, de acuerdo con el World Risk Report 2016 de la Universidad de Stuttgart, no obstante, nuestro país tiene una susceptibilidad de 23.36%, y se encuentra en rango medio en esta variable, entendiéndose ésta como las condiciones de exposición de comunidades que los hacen más o menos vulnerables a tener experiencias negativas provocadas por desastres naturales o cambio climático.

Los seguros pues, no sólo se reducen a un contrato, los seguros pueden brindar algo de tranquilidad en momentos difíciles ya que, en teoría constituyen un apoyo económico que coadyuva a no disminuir considerablemente el patrimonio, empero, en lo que a seguros de daños de bienes inmuebles se refiere, hoy por hoy son pocos los mexicanos que tienen contratado un seguro de este tipo, para proteger sus inmuebles de las consecuencias negativas de distintas catástrofes.

Ahí va un dato amable lector, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Vivienda 2014 (ENVI2014), “98.2% de las viviendas habitadas en México no pagan algún tipo de seguro que los cubra por algún siniestro como puede ser el daño por un sismo o un incendio. La población que sí paga un seguro, habita principalmente en casas independientes” Por eso cuando pasa una catástrofe e incidente sobre nuestros bienes nos preguntamos ¿Quién pagará? Cuando olvidamos tomar previsiones, Si no procuramos tener en seguro que nos proteja de no perder todo nuestro capital, entonces deberíamos tratar de pensar un poco más a futuro y tomar las debidas previsiones. Sí, la situación económica no es la mejor, pero hablamos del patrimonio obtenido, incluso después de muchos años de trabajo. Entonces sí vale pena. Les comparto nuestro correo electrónico: jordymx@hotmail.com y en twitter nos puedes encontrar como: @JorgeLeyva_

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