04 SEPTIEMBRE 2013
La Agenda Setting
Entre tacos de despeinada y de pejelagarto
Jorge A. Leyva
Escuchar
a la gente nos permite tener un claro reflejo de cómo piensan, que sienten y
estar más de cerca para conocer cómo viven día a día su realidad. ¿De qué hablamos? Conversamos de nuestras necesidades
básicas, personales, de nuestros éxitos pero también de nuestros fracasos. De
amores y desamores. De proyectos, deseos, temores, expectativas. Como bien
escribió Oscar Wilde: los dramas humanos se limitan a un número insignificante
de posibilidades que siempre son las mismas. Durante distintos momentos en
Villahermosa, Tabasco he podido platicar de cerca con muy distintas personas y
es de llamar la atención en lo que varios coinciden: la situación económica en
tierras tabasqueñas está mal. Tratemos de explicarlo de manera sencilla.
Hace
unos días tomando un café en la deportiva pasó uno de los tantos vendedores de
dulces y cigarros que andan con esas cajitas de madera, que a fuerzas de estar
llenas de dulces minuciosamente colocados se tornan multicolores. Usualmente
por ser de Chiapas se les denominada errónea y peyorativamente “chiapitas”. El
caso es que le pregunté después de comprar cualquier cosa. ¿Cómo le iba con
respecto al año pasado en lo relativo a sus ventas? Me comentó que el 2012 en
un buen día ganaba hasta 400 pesos diarios. ¿Cuánto ganas hoy? Pregunté. Me
dijo que no más de 200 pesos diarios. Generalmente ahora en promedio gano 150
pesos, me expresó y remató: han bajado mucho las ventas doncito.
Días
después caminando en el Parque Juárez de Villahermosa, pasé a lustrarme
–bolearme como se dice coloquialmente- los zapatos. Mi cuate me comentaba lo
desencantado que estaba por la situación económica que se vive en Tabasco. Miré
–dijo- la gente venía y se boleaba dos o tres veces en la semana. Ahora sólo
vienen una vez por semana o ya ni eso, agregó al tiempo que suspiró: la verdad
es que la gente ahora se bolea sus zapatos en casa, ya no quieren gastar como
antes. Eso comentaba mientras le daba los últimos toques finales a mi calzado
para que luciera como en sus mejores días. Me despedí deseándole buena suerte.
Ese
mismo día en la Zona Luz y después de que se le perdió a mis lentes de Sol un
tornillo, acudí a una óptica de las del centro de Villahermosa. Debo decirle
amable lector que no uso de los de otros lentes, no porque tal vez no los
necesite, sino por el dicho que si empiezas a usar lentes con graduación los
ojos se vuelven flojos y entonces de poco en poco tenga que aumentar una
graduación. Regresando al tema y mientras buscaban un tornillo que reemplazara
al que se había perdido, los que atendían en la óptica ubicada en la calle
Zaragoza me decían lo complicado que está la situación en su ramo. No hay casi
ventas. Bajó en más de un cincuenta por ciento. Apuntaba el amable vendedor
situado detrás del mostrador al tiempo que me decía: son veinte pesos. Pagué con
un billete de 50 pesos. No tengo cambio me dijeron. Pase en otra ocasión. Nos
despedimos y seguí mi camino.
¿Quién
no conoce al chalupero? Bueno mi amigo taquero que tiene más de 30 años en el
Mercado Pino Suárez hace unos días me decía palabras más palabras menos lo
mismo. ¡Compita que milagro como te va! Me lanzó cuando me vio. Y mientras
ordenaba dos tacos de pejelagarto y uno de despeinada, me decía. ¡Hay hermano
la cosa está complicada! ¿Y eso pregunté? Pues mira antes vendía tres charolas
de despeinada, ahora sólo traigo una charola y de las chicas porque las ventas
han bajado como en un 30 o 40 por ciento. Mientras servían un par de horchatas
para los clientes de al lado, curioseando insistí ¿Tanto han bajado las ventas?
Sí. Vendemos menos. Trabajamos más. Pero el dinero no alcanza. La gente no
tiene dinero, anda muy gastada, y no hay circulante. Ya resignado me soltó una
frase que bien vale la pena reflexionar. ¿Pero qué podemos hacer? No nos queda
más que aguantar, remató. Les comparto nuestro correo electrónico:
jordymx@hotmail.com y en twitter nos puedes encontrar como: @Jorge__Leyva
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