Este viernes Rusia puso en servicio el primer misil hipersónico intercontinental, el sistema estratégico Avangard, llamado ‘el arma del futuro’ por el presidente ruso, Vladímir Putin y con el que la ex Unión Soviética ha decidido a mantener la paridad nuclear con Estados Unidos.
“Este es el arma del futuro, capaz de superar tanto los actuales sistemas de defensa antimisiles como los que se desarrollen de aquí en adelante”, dijo Putin al revisar el desarrollo del armamento de nueva generación.
Putin, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, fue informado hoy por el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, sobre el despliegue de dicho armamento cerca de los Urales, línea de separación entre Europa y Asia.
El Avangard, que puede alcanzar en 15 minutos territorio estadounidense, es una de las “súperarmas” presentadas por Putin durante su célebre discurso sobre el estado de la nación de marzo de 2018, lo que llevó a muchos a hablar de una nueva carrera armamentista como la conocida como “Guerra de las Galaxias”, que condenó a la Unión Soviética a la desaparición.
La entrada en servicio de estos misiles coincide además con el pulso entre el Kremlin y la Casa Blanca sobre la suerte del último tratado de desarme en vigor entre ambas superpotencias, el tratado de reducción de armas estratégicas, START III, que expira en 2021 y cuya renovación Moscú puso hoy en duda.
“Felicito a todos por este gran acontecimiento para el país y para las Fuerzas Armadas”, dijo hoy el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, mediante en un comunicado. Los Avangard han sido emplazados en la base que acoge la 13 división de cohetes en la ciudad de Yasni, región de Orenburgo, no lejos de la frontera con Kazajistán.
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