Barry se convirtió este sábado en el primer huracán de la temporada atlántica de este año antes de tocar tierra en la costa sur de Louisiana, donde se prevé que ocasionará graves inundaciones debido a las torrenciales lluvias y marejada ciclónica, informó el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC).
En un boletín NHC indicó que Barry es un huracán categoría 1 en la escala Saffir/Simpson de un tope de cinco con vientos máximos sostenidos de 120 kilómetros por hora. El NHC precisó que el ciclón se encontraba a esa hora 65 kilómetros al sur de la ciudad de Lafayette y unos 80 kilómetros al oeste de Morgan City, donde se prevé tocará tierra en las próximas horas.
Antes de su llegada, ya había provocado inundaciones en la mañana del sábado, especialmente en zonas costeras de las que fueron evacuadas miles de personas. La "extraordinaria cantidad de humedad" que arrastra Barry presenta un "potencial de fuertes lluvias" también en la zona norte de Estados Unidos, advirtió Ken Graham, director del NHC en un video emitido por Facebook Live.
Como se desplaza "lentamente", las precipitaciones son "un problema" para los cursos de agua y aumentan el riesgo de inundaciones repentinas incluso en estados que están alejados del Golfo de México, como Missouri. El nivel del mar y del lago Pontchartrain, a orillas del cual se encuentra Nueva Orleans, presentaban en la mañana del sábado un aumento que podría llegar hasta 1,8 metros.
En Luisiana, permanece aún fresco el recuerdo del devastador huracán Katrina (categoría 5), en agosto de 2005. Los diques que protegían Nueva Orleans sucumbieron entonces a la presión del agua, que inundó el 80% de la ciudad y causó unas 1,800 muertes.
El gobernador John Bel Edwards dijo que Nueva Orleans estaba bien preparada para resistir a la tormenta, pero instó a los residentes a estar atentos, y las autoridades llamaron a la gente a permanecer fuera de las calles.
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