martes, 5 de enero de 2016

La democracia es cara porque no salimos a votar

05 ENERO 2016
La Agenda Setting
Por Jorge A. Leyva

La democracia es cara porque no salimos a votar

Con las elecciones en puerta, nuevamente escucharemos que se destinarán cientos de millones de pesos para las elecciones que se realizarán en todo el país. Una de las preocupaciones respecto de nuestra democracia electoral es el alto costo económico. Sabemos que nuestra sociedad gasta mucho dinero para sostener el sistema electoral y de partidos que hoy por hoy tenemos, incluso, pensamos que la democracia mexicana es una de las más caras del mundo. El  financiamiento político es parte de la normalidad de la vida democrática, pero también es innegable, que el dinero es capaz de introducir distorsiones importantes en todo proceso democrático.


Por ejemplo la distribución desigual de recursos externos -la mayoría de las veces ilegales- en la competencia electoral afecta las posibilidades reales de partidos y de los candidatos para transmitir su mensaje a los votantes de manera eficaz. Pero también quienes aportan grandes cantidades de dinero pueden ejercer cierta influencia sobre los candidatos y los partidos a través de sus aportaciones, esto son dos asuntos donde el dinero no controlado o no legislado puede afectar un proceso electoral. ¿Cómo vencer esos apetitos de quienes desean llegar indirectamente al poder a base de billetazos? Es muy sencillo. Con la participación masiva de los ciudadanos a la hora de votar.

No hay recetas mágicas, los ciudadanos deben salir a votar y manifestar su intención sobre quienes nos gobernarán. Y es que el espíritu del financiamiento público es cumplir el propósito de garantizar la independencia de los partidos respecto de los intereses de quienes los financian, fomentar la transparencia en el origen de los recursos y así poder establecer mejores condiciones de competencia en la función social que ejercen los procesos electorales en las democracias contemporáneas.

El investigador Rodrigo Morales Manzanares ha dicho sobre el tema que la relación del dinero y la política electoral, es connaturalmente, una de carácter problemático; un mal necesario, porque no parece haber una fórmula mágica mediante la cual se obtenga la gratuidad de la democracia. El hecho es que se necesitan recursos para el funcionamiento tanto de los competidores (partidos y candidatos) como de las autoridades (administrativas y jurisdiccionales); las campañas de los partidos, las correspondientes de los organizadores de los procesos electorales, son grandes consumidores de presupuesto. Es decir, se tiene que invertir en la democracia para precisamente asegurar transparencia, igualdad de condiciones, procesos limpios. No obstante, una de las maneras de hacer más eficiente el gasto público asociado al funcionamiento de la democracia electoral es que los ciudadanos acudan copiosamente a las urnas y se expresen. No hay más. 

De ahí la importancia de que los ciudadanos ejerzan su derecho a votar, más si por culpa de magistrados politizados -como fue el caso reciente de la anulación del municipio de Centro- anulan una elección con casi 13 mil votos de diferencia y que nos costará por culpa de estos jueces electorales, mayores recursos a todos los ciudadanos. Sin desdoro del establecimiento de mecanismos eficientes de rendición de cuentas, transparencia y divulgación del manejo financiero de partidos y candidatos. Así como obligar a los partidos políticos a que informen de sus ingresos periódicamente a la autoridad correspondiente, incluyendo las aportaciones en especie.

Y no sólo eso, establecer un sistema gradual de sanciones para los directores financieros de los partidos políticos en el caso de cualquier violación de la legislación vigente, donde se retenga  percepciones gubernamentales, mayores multas, incluso penas de prisión para los directores financieros y dirigentes de partidos que se les compruebe malos manejos, incluso en casos extremos como los que ha impulsado el Partido Verde en todo el país, o la disolución de los partidos o la separación del cargo de los funcionarios electos mediante voto popular, como castigo por violaciones reiteradas y excepcionalmente graves, como propone el internacionalista y experto electoral Daniel Zovatto. Por eso tenemos que hacer conciencia sobre nuestra responsabilidad cívica de ejercer nuestro derecho al voto, esto es fundamental para generar una mejor sociedad en todos los sentidos. Les comparto nuestro correo electrónico: jordymx@hotmail.com y en twitter nos puedes encontrar como: @JorgeLeyva_

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