sábado, 10 de marzo de 2018

Las encuestas no hacen ganadores

10 MARZO 2018
La Agenda Setting
Por Jorge A. Leyva

Las encuestas no hacen ganadores

Si bastase una simple encuesta -o varias- para que alguien por especie de mandato divino gane un elección, entonces ¿Para qué realizar elecciones o procesos electorales? En realidad las encuestas si bien son una herramienta que bien elaboradas sirven para tener una fotografía del momento, esto no significa que por default que la persona que la que encabece, ipso facto se vaya alzar con el triunfo electoral el día de las votaciones, ojalá fuera así de fácil; no lo es. Los procesos electorales son dinámicos, complejos, con distintas variables que afectan día con día el ánimo de los electores.

Los sondeos o encuestas no hacen ganadores, lo hace una mezcla de muchos factores, es una mezcla de expectativas, estrategias, difusión, promoción y trabajo que tornan la ficción en la realidad. Una elección es más compleja que una reducción a quién y en que momento encabeza una encuesta. Ya se ha visto que las encuestas no hacen ganadores. También ha quedado claro que quienes encabezan las encuestas no siempre ganan. La verdadera encuesta es el día de la votación, esa es la que los candidatos y candidatas se deben esforzar por ganar. 

En 2014 se realizó una reforma electoral para regular las encuestas electorales, sondeos de opinión, encuestas de salida y conteos rápidos, se añadieron disposiciones que se encuentran establecidas en la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales y en el Reglamento de Elecciones, donde se establecen las reglas para la regulación de encuestas electorales ponderando la transparencia y la máxima publicidad, todo con la idea de fortalecer la construcción del voto razonado  con una opinión pública bien informada.

El Instituto Nacional Electoral al respecto ha señalado que el objetivo de la regulación mexicana en materia de encuestas es que quienes ordenen o publiquen encuestas y sondeos de opinión detallen su metodología sobre aspectos tales como tamaño de muestra, nivel de confianza, margen de error y tratamiento de no-respuestas, además de las fechas de levantamiento, el fraseo de las preguntas cuyos resultados se publiquen, y a partir de 2012, la entrega de la base de datos con las variables publicadas.

Esta vitrina metodológica -advierte el INE- es parte de los estándares y códigos de ética y conducta de diversas organizaciones, de las nacionales como la AMAI (Asociación Mexicana de Agencias de Investigación de Mercado y Opinión Pública) e internacionales como WAPOR (Asociación Mundial de Investigadores de Opinión Pública), ESOMAR (Sociedad Europea de Opinión e Investigación de Mercados) y la AAPOR (Asociación Norteamericana de Investigación de Opinión Pública), así como también forma parte de las regulaciones emitidas por las autoridades electorales.

Claro que las campañas cuentan, dos ejemplos de punteros de encuestas que NUNCA ganaron fueron Francisco Labastida del Partido Revolucionario Institucional que en  todo el año 1999 era el candidato favorito de las encuestas e incluso a principios del año 2000 ¿Que pasó? Todos conocemos la historia, Francisco Labastida sería el primer candidato perdedor presidencial del tricolor que por cierto registraba entre 40 el 45 por ciento de intención de voto según muchas encuestas y estudios de opinión de la época, al final Labastida registró una estrepitosa derrota.


Otro ejemplo fue el del tabasqueño Andrés Manuel López Obrador, que en agosto del 2005 y como candidato del Partido de la Revolución Democrática registraba el 45.6% de intención de voto, algunos lo calificaban de invencible para la contienda del 2006. ¿Que pasó? Al final perdió en el 2006 con el panista Felipe Calderón “haiga sido como haiga sido”. Por eso creer que quién lidera las encuestas, ganará… no es cierto. Como reza el refrán, del plato a la boca se cae la sopa. Les comparto nuestro correo electrónico: jordymx@hotmail.com y en twitter nos puedes encontrar como: @JorgeLeyva_

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