16 abril de
2013
La Agenda
Setting
La crisis venezolana que
se viene
Jorge A. Leyva
Nicolás Maduro no supo
qué hacer. La exaltación de Hugo Chávez, del chavismo como eje político de su
campaña en Venezuela no funcionó. Los resultados tan cerrados en esa nación
latinoamericana nos presentan un país divido. Venezuela amaneció este lunes con
la noticia de que Nicolás Maduro obtuvo el 50.66 % de los votos y el candidato
de la oposición Henrique Capriles Radonski el 49.07% según datos del Consejo Nacional
Electoral de Venezuela. La ventaja tan mínima en un país donde Nicolás Maduro
usó todo el poder desde la vicepresidencia de la república contra su oponente,
generó que precisamente Capriles rechazara los resultados, los calificará de ilegítimos,
al tiempo de que exigía un recuento de
votos. Ni más, ni menos un voto por voto, casilla por casilla.
Henrique Capriles entró a
unas elecciones inequitativas, aquí se debe destacar la forma en que los medios
públicos venezolanos hacían campaña constantemente a favor de Nicolás Maduro, quien
además, fue señalado por uso del poder del gobierno para inclinar la balanza a
su favor. Por eso con un proceso muy cuestionado, no resulta raro que Capriles afirme
con seguridad que no reconocerán ningún resultado hasta que cada voto de los
venezolanos haya sido contado. El asunto no es menor porque mientras Venezuela
está polarizada, divida, con un proceso electoral cuestionado y en un marco
donde Venezuela ha tenido un papel internacional muy activo, lo que acontece en
Venezuela debe ser visto con lupa porque afecta a toda la región. No podemos
olvidar que los Estados Unidos han ido perdiendo posiciones en América del Sur
y el Caribe, espacios que empezó a ocupar exitosamente la Venezuela de Hugo
Chávez. Al tiempo del fallecimiento de Hugo Chávez, Venezuela entró en una ruta
de replantearse su papel internacional.
Les comparto un dato: tan
sólo Cuba depende de Venezuela en sus importaciones de petróleo en un 60%, y Nicaragua
depende un 90% del petróleo venezolano, dos países donde se está pensando seriamente
que derrotero deberá seguir su política interna ante la posibilidad de perder el
suministro de petróleo en el mediano plazo. Pero además con aliados como Bolívia, Ecuador, Brasil y Argentina, y un papel preponderante en América Latina lo que
le suceda a Venezuela interesa no sólo a los latinoamericanos, obviamente también
interesa a México. ¿Qué viene? La legislación venezolana contempla hasta un 54
por ciento del recuento de los votos, por lo que si así lo decide el Consejo
Nacional Electoral de Venezuela, ese organismo sería el encargado de realizar la
auditoría a la votación el domingo pasado, pero el asunto es que hasta el momento
no se han manifestado ese órgano electoral en sentido alguno. Esa es la salida
que ha puesto sobre la mesa Henrique Capriles, un recuento voto por voto porque
de otra manera no se reconocerá la legitimidad de Nicolás Maduro como
presidente de Venezuela. Ni la legitimidad ni los resultados. ¿Movilizaciones?
Son posibles.
Algunos sectores han
advertido que otro actor, los Estados Unidos podrían ejercer presión en la
zona, en particular con sus aliados latinoamericanos para incidir en el no
reconocimiento de los resultados electorales. Como obvios detractores del
régimen de Hugo Chávez en su momento y por añadidura con la posibilidad de que
Nicolás Maduro se afiance, en Washington existe el temor de que Nicolás Maduro
se convierta en una mala copia de Hugo Chávez. Y es que a pesar de todo, Hugo
Chávez en su momento supo organizar un bloque y liderar la izquierda
latinoamericana. En cambio Maduro luce muy verde, como una triste copia del
general Chávez y eso se traduce en un riesgo mayor. Con posiciones
radicalizadas el tema empieza entrar en una ruta de crisis latinoamericana. Les
comparto nuestro correo electrónico: jordymx@hotmail.com y en twitter nos
puedes encontrar como: @Jorge__Leyva
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