01 de agosto de 2012
La Agenda
Setting
El problema es
recuperar la confianza
Jorge A. Leyva
A nadie en verdad
conviene la radicalización, las posiciones radicales en política además de que
polarizan han demostrado que no abonan en nada a la confianza del electorado.
Los costos a la hora de votar son altos. Ahí está el famoso bloqueo en Paseo de
la Reforma de Andrés Manuel López Obrador hace seis años. En ese 2006 por más
explicaciones de que era necesario, de que no quedaba otra opción, al final le
costó al tabasqueño mucho en percepción negativa del electorado y en su imagen
pública. Justa o no, el caso es que esa radicalización a López Obrador le
afectó y podría decirse que hoy por hoy le sigue afectando porque nunca pudo
recuperar la confianza ciudadana. Pero no fue el único porque también a otro
líder de izquierda, Marcelo Ebrard en el Distrito Federal le tomó más de un año
recuperar la confianza de empresarios molestos y afectados principalmente por
las manifestaciones y señalamientos, eso de los pleitos está visto que tampoco ayuda
al buen ejercicio de gobierno. ¡Cómo estaban las cosas que Marcelo Ebrard ni de
mano quería saludar a Felipe Calderón!
Es por eso que los
gobernadores electos, en especial los emanados de las fuerzas de izquierda
están deseosos de que el conflicto poselectoral no afecte su compromiso con los
electores. Que termine pronto es lo que más desean pero están entrampados –unos
más que otros- con un compromiso político o moral con Andrés Manuel López
Obrador. En el Distrito Federal y en el país todavía recordamos la crisis
política del 2006. Por eso los gobernadores electos de Tabasco, Morelos y del
DF de alguna manera han tenido que desmarcarse del radicalismo de Obrador que
en varias ocasiones le ha generado imagen negativa y votos en contra. Es por
eso que incluso liderazgos como el de Dolores Padierna que llegó apoyada por
López Obrador a la secretaría nacional del PRD ha reconocido que su partido no
logró remontar las condiciones de una elección viciada de origen, pero que también
habría de reconocer se avanzó de manera importante en posiciones legislativas y
que se ganaron las emblemáticas gubernaturas de Morelos y Tabasco.
Si en realidad la
izquierda mexicana quiere ganar adeptos, debe seguir en el camino de la
moderación, así una izquierda moderna que dialoga y que escucha tendrá una
mejor aceptación en el electorado. El problema si insisten radicalizarse es que
una vez perdida la confianza en los políticos muy difícilmente se recupera. ¿Qué
camino le queda a López Obrador? Coincido con lo que escribió ayer Julio
Astillero en La Jornada, Andrés Manuel debe decidir qué tanta viabilidad
conservó su movimiento MORENA como proyecto de partido, luego del gran fracaso
en el cuidado de las casillas electorales y de la reservada movilidad que ha
mostrado luego de las elecciones. O si bien optará por la creación de un gran
frente popular para confrontaciones políticas circunstanciales.
Así es Canito
tienes razón, es muy interesante el análisis que realizó la Central de
Estrategias Políticas entre el voto para Presidente y para Gobernador por
Entidad Federativa de las elecciones del pasado primero de Julio. Del análisis
realizado se advierte que los electores dividieron su preferencia en doce
entidades. Enrique Peña Nieto obtuvo más votos en el Distrito Federal, Jalisco
y Morelos que los candidatos del PRI a Gobernador. En contraste, el priísta
obtuvo menos votos que los aspirantes en Chiapas, Guanajuato, Tabasco y
Yucatán. Andrés Manuel López Obrador tuvo más votos que los candidatos perredistas
en Chiapas, Guanajuato, Morelos, Tabasco y Yucatán pero menos que en el Distrito
Federal y Jalisco. Finalmente Josefina Vázquez Mota obtuvo más votos que los
aspirantes del PAN en Chiapas, Distrito Federal, Jalisco, Morelos, Tabasco y
Yucatán; pero en Guanajuato tuvo menos sufragios que el candidato a gobernador
del PAN. Les comparto nuestro correo electrónico: jordymx@hotmail.com y en
twitter nos puedes encontrar como: @Jorge__Leyva
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