16 noviembre de 2011
La Agenda Setting
Descartes o la dura realidad de no tener posibilidades
Jorge A. Leyva
El concepto de candidato nació en la Antigua Roma, cuando los tribunos
apelaban a una toga blanca durante sus campañas políticas para generar una
buena impresión entre los ciudadanos. Vestían de blanco pues por ser el color
de la pureza. El vocablo candidātus estaba vinculado a la persona vestida de
ese color cándido y terminó haciendo referencia a todo aquel que busca un
cargo. De la época de los romanos a la actual muchas han sido las formas de
gobernar y más las de hacer política. Hoy por hoy una de esas formas es el
encarte político que frecuentemente se da entre quienes aspiran, pero más raro
aún es el auto descarte. Que puede ser definitivo si las condiciones no son las
adecuadas desde el punto de vista político. O temporales como aquel que hizo en
su momento Andrés Manuel López Obrador cuando decía “A mí, denme por muerto”, a
los medios de comunicación siempre que le preguntaban acerca de sus
aspiraciones presidenciales. Para finalmente regresar no una…. Si no dos veces
como ahora lo vemos.
Bueno pues antier se dieron dos auto descartes, el primero más sonoro el
de Marcelo Ebrard Casaubon, jefe de gobierno del Distrito Federal que declina
para contender a la presidencia de la república en el 2012. El otro estridente
pero patético, el de Evaristo Hernández Cruz. Y subrayo patético por lo
siguiente: 1.- El PRI lo ha invitado a las reuniones y se ha acercado a él.-
2.- Le han dado un lugar que no merece, pero al fin de cuentas la dirigencia
del tricolor tabasqueño lo ha atendido mostrando sensibilidad y apertura con el
liderazgo de Miguel Romero Pérez. 3.- No obstante el ex alcalde de Centro -sobre
el que pesan serios señalamientos de corrupción- se dedica a golpear al
gobernador Andrés Granier y lo culpa de todo hasta de las inundaciones. 4.-
Arremete contra otros compañeros de partido. Todas estas maromas no se
entienden sino en el marco de un auto descarte. Y es que Evaristo Hernández
Cruz sabe perfectamente que no será candidato al gobierno, porque tiene mala
fama, esta mal visto y no es popular. Por eso desde ahora “vende caro su amor”.
Sus actitudes parecen de títere ¿Quién será el titiritero? En fin, así son los
partidos, hay voces que se manifiestan y expresan sus diferencias. Eso le viene
bien a la vida interna de los partidos. Lo que no se entiende es la virulencia
de las declaraciones que parecen más de perredista que de priísta.
De la cosecha de twitter: ayer un seguidor me hizo una pregunta que
definitivamente no podía ser explicada en 140 caracteres. Me cuestionaba ¿Crees
que gane Andrés Manuel López Obrador? La respuesta a bote pronto es que si podría
ser, la posibilidad ahí está. Si no, el mismo tabasqueño no se lanzaría en su
segundo intento de ser el candidato de las denominadas fuerzas de izquierda a
la presidencia de la república en el 2012. Para este columnista tal vez la
pregunta debería ser ¿Para qué ganar? Para llevar al poder odios y rencor. Tal
vez para dar un golpe de timón en este país de tiene tan dañado su tejido
social y está metido en una espiral de violencia de que parece nadie escapar.
La pregunta debe ser ¿Para qué ganar? ¿Cuál es el proyecto? ¿Cuál es el rumbo?
De diagnósticos ya estamos hasta el gorro. Ya se sabe cómo está el país, el
Estado y el Municipio. La pregunta no es sí creemos que gane Obrador, Peña
Nieto o Vázquez Mota. La pregunta es ¿Para qué?
Así es Canito tienes razón, hace un par de días presentó su libro “Pensar
nuestro tiempo” el economista Fernando Calzada Falcón. El ex secretario de
Finanzas del Estado presentó la obra en el marco de la Feria Universitaria del
Libro. Los temas abordados en el texto versan sobre educación, desarrollo
regional, economía. Sin duda la economía brinda instrumentos útiles para
comprender los fenómenos sociales, como lo dijo durante la presentación el
propio autor. Les comparto nuestro correo electrónico: jordymx@hotmail.com y en
twitter nos puedes encontrar como: @Jorge__Leyva
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