sábado, 27 de enero de 2018

Leyes para ciudades más resilientes

27 ENERO 2018
La Agenda Setting
Por Jorge A. Leyva

Leyes para ciudades más resilientes

En un tema que podría haber pasado desapercibido pero que es importante por lo que representa, es la presentación a finales del año pasado de la denominada Ley del Programa para la reconstrucción, recuperación y transformación de la Ciudad de México, en una CDMX cada vez más resiliente, cuyo objetivo principal es el atender las necesidades generadas por el fenómeno sismológico del 19 de septiembre; y su posterior aprobación el 24 de noviembre por la Asamblea Legislativa capitalina.



Es claro que el grado de vulnerabilidad de la capital ante las contingencias naturales, como quedó de manifiesto una vez más en septiembre, exige replantear el presente y el futuro de su estilo de desarrollo; el conocimiento detallado de las condiciones actuales de los inmuebles y la infraestructura pública en particular de la ciudad de México que constantemente resiente los efectos de los sismos con el objeto de reforzarlas ante cualquier eventualidad.

Sobre el tema el Instituto Belisario Domínguez, órgano del Senado de la República, en su número 139 de la Serie Mirada Legislativa analiza a fondo el tema, y considera también que es necesaria la incorporación sistemática de los avances tecnológicos de la ingeniería en la construcción —y regular la modificación de sus normas— para una ciudad que está ubicada en una zona sísmica y sobre los sedimentos blandos que amplifican catastróficamente las ondas sísmicas; así como la planeación de una ciudad más ordenada, donde se considere como algo prioritario preservar el frágil equilibrio rural-urbano, el entorno ecológico y ambiental, la dotación de recursos y servicios básicos, la movilidad y el transporte, entre otros elementos que garanticen una forma de vida y de convivencia más digna para sus habitantes.

Nadie descarta que sea importante la observancia estricta en las reglas de urbanización, con las debidas sanciones a sus infractores; pero también es importante la disponibilidad permanente y creciente de recursos públicos para las contingencias; el replanteamiento de la de protección civil para mejorar su capacidad de respuesta ante las emergencias,; la promoción permanente de la educación de la población para que pueda salvaguardar su integridad ante los desastres; la apertura a la participación social activa en las políticas públicas de una ciudad como es la capital del país pero que también puede ser aplicado a las urbanizaciones en el resto del país.

Porque si bien hablamos de sismos en el altiplano, también podemos hablar de fenómenos naturales, lluvias atípicas, inundaciones, entre otras manifestaciones de la naturaleza que impactan a las poblaciones del país y del mundo. Por eso una planeación sustentable del desarrollo de los núcleos urbanos se deben sustentar en leyes que regulen los costos de su propia evolución y prevenir, reducir o evitar los costos humanos, materiales y económicos que se pagan ante los desastres. 


Y es que no es menor el dato que aporta la Organización de las Naciones Unidas, que  refiere que globalmente, el 80% de las ciudades más grandes del mundo son vulnerables a los fuertes efectos de los terremotos, el 60% corren riesgo de marejadas o tsunamis, y todas enfrentan los nuevos impactos causados por el cambio climático.  El tema pues requiere también de nuevas leyes, de un adecuado marco legal. Les comparto nuestro correo electrónico: jordymx@hotmail.com y en twitter nos puedes encontrar como: @JorgeLeyva_

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